Delfinario Dolphin Discovery en Punta Cana
Extraído de publicaciones por INSAPROMA:
Después que INSAPROMA acompañado de la Academia de Ciencias y la Fundación de Estudios Marinos (FUNDEMAR) interpusieran un recurso en nulidad de licencia ambiental emitida de manera ilegal por el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, a favor de delfinario Dolphin Discovery en Punta Cana, le han escrito al Ministro instituciones internacionales repudiando dicha acción permisible contraria a los dictados de la legislación ambiental y a los tres informes de los propios técnicos del Ministerio.
Lean esta carta adjunta remitida al Ministro de Medio Ambiente por:
Este es el comienzo de un proceso judicial y de una campaña internacional que están diseñando las organizaciones protectoras del ambiente nacional e internacional, que culminará con un compromiso nacional de las autoridades de protección efectiva de los mamíferos marinos y del cumplimiento de la Ley Ambiental.
VER CARTA:
![Imagen en el mensaje](https://mail.google.com/mail/u/0/?ui=2&ik=a21c03f66c&view=fimg&th=14a96fd032464adf&attid=0.1&disp=emb&attbid=ANGjdJ_7etgAyQmcYBvE5rR-5zxOtRAcPsDJP6iNNtBnEA_WSheZVEj157vykC-kcmUdbUPM5CJRFoRUg5eZxoDn8ULLnpVBnqPjOO3fvLpAnzNcZO8beYLC-qsTfLE&sz=s0-l75-ft&ats=1419873878439&rm=14a96fd032464adf&zw&atsh=1)
15 de Diciembre 2014
Honorable Dr. Bautista Antonio
Rojas Gómez
Ministro de Medio Ambiente de
Recursos Naturales
Santo Domingo, República
Dominicana
Por correo electrónico:
elizabeth.heredia@ambiente.gob.do
Su excelencia Ministro Gómez:
Le escribimos en nombre del
Instituto de Bienestar Animal (AWI) y Conservación de Ballenas y Delfines
(WDC), y sus miles de miembros a nivel mundial en referencia a la Licencia Ambiental
N ° 0245-13, para la construcción de un delfinario en la localidad de Punta
Cana, La Altagracia. Esta licencia se emitió originalmente para una empresa
comercial la cual no incluía un delfinario, pero fue alterada una vez iniciada
la construcción para permitir la construcción de una instalación de delfines,
sin la realización de las evaluaciones ambientales apropiadas. Esto fue en
violación de la Ley General de Medio Ambiente y Recursos Naturales N ° 64-00 y
la Resolución N ° 01-2008, que regula la Posesión, Manejo y Exhibición de los Mamíferos Marinos.
Solicitamos urgentemente a su
Ministerio detener la construcción de esta instalación ilegal, y recomendamos
que su Ministerio declarare una moratoria para la construcción de nuevos
delfinarios. Además, se debe emitir una moratoria permanente a la importación
de delfines en la República Dominicana, con el fin de desalentar el creciente
comercio mundial de delfines capturados en el medio silvestre. Entendemos que
los 8 delfines recientemente importados en la República Dominicana para esta
nueva instalación probablemente fueron capturados originalmente en el medio
silvestre de Cuba.
Además, creemos necesaria una
evaluación y revisión completa de todos los delfinarios del país (hay por lo
menos cinco) para asegurar la salud y el bienestar de los animales en poder de
estas instalaciones. Ante este incidente, en el que una licencia se emitió y
luego fue alterada ilegalmente, recomendamos a los organismos pertinentes
dentro de su ministerio llevar a cabo una revisión de la implementación,
aplicación y cumplimiento de la Ley General No. 64-00 y la Resolución No. 01-
2008.
Visión General
Nuestras organizaciones se
oponen firmemente a las propuestas para construir nuevos delfinarios. La
construcción de los delfinarios es un retroceso para cualquier región. El verdadero
ecoturismo tiene un costo mínimo para el medio ambiente y los máximos
beneficios para la comunidad local. Los delfinarios en nuevas áreas no cumplen
ninguna de estas normas. La construcción de un delfinario es un esfuerzo de
alto impacto, a menudo requieren la interrupción ambiental sustancial. A pesar
que algunos argumentan que estas atracciones turísticas beneficiarán a los
residentes locales (un elemento esencial del ecoturismo), el desarrollo de los
delfinarios modernos generalmente requiere una experiencia que no es local, lo
que significa que los puestos de trabajo mejor remunerados (es decir, la
mayoría de los ingresos) serán para los no-nacionales.
Además, la práctica de exhibir
delfines para el público es cada vez más controvertida. Desde hace un tiempo,
SeaWorld, líder en la realización de espectáculos de ballenas y delfines, ha
sufrido varios reveses recientes debido a los problemas de seguridad de los
empleados y preocupación por el bienestar animal. Recientemente, una propuesta
para importar ballenas beluga silvestres capturados desde Rusia a los Estados
Unidos generó gran polémica con el público estadounidense y dio lugar a que la
solicitud del permiso fuese negado por el organismo pertinente del gobierno de
Estados Unidos. De hecho, la construcción y operación del delfinario está en
declive en el mundo desarrollado; y aumentando sólo en el mundo en desarrollo.
Esta es una tendencia preocupante, dada la falta de expertos en estas regiones,
en particular en el Caribe.
Las propuestas de delfinarios a veces
proporcionan a los funcionarios del gobierno información inexacta, obsoleta, y
sesgada sobre las capturas de delfines. AWI y WDC ofrecen la siguiente
información y puntos de vista en apoyo a nuestras peticiones.
Poblaciones silvestres de
delfines y Ecosistemas
Hay una elevada probabilidad de
que el nuevo delfinario contendrá en sus instalaciones, al menos parcialmente,
delfines capturados del medio silvestre, según creemos los animales vendrán de
una instalación de Dolphin Discovery en Tortola y la mayoría de los delfines
son capturados en el medio silvestre (de Cuba). Sin embargo, cualquier
expansión de la industria de la exhibición de delfines a través de la
construcción de nuevos delfinarios aumenta la demanda de capturas en el medio
silvestre.
La demanda de capturas de delfines
silvestres no solo hace daño al individuo capturado - puede poner en peligro
las poblaciones de delfines y el ecosistema marino (Reeves et al., 2003). La
captura, incluso de unos pocos animales puede
resultar en la muerte o heridas de muchos más delfines, ya que las actividades
de captura implican un intenso hostigamiento de uno o varios grupos. Además,
puede afectar negativamente a las poblaciones de delfines ya mermadas por la
eliminación de miembros reproductivos del grupo. El Servicio Nacional de Pesca
(NMFS) de Estados Unidos ha reconocido que "Los animales en el medio
silvestre para el mantenimiento permanente en cautividad a menudo representan
sólo una parte de la “toma o extracción)” de la población total : (“tomar o
extraer”) está definido en la legislación estadounidense como la matanza, la
captura, provocación de heridas, o acoso durante una operación de captura en vivo
"(NMFS 1989,
p. 33). Además, la interrelación
social en estas especies que son
altamente sociables puede ser interrumpida cuando se extraen los individuos
claves, ya sea a través de la mortalidad natural o como resultado de las
operaciones de caza o captura (Wells 2003; Lusseau y Newman 2004; Williams y
Lusseau 2006).
La Unión Internacional para la
Conservación de la Naturaleza hace notar
de que los delfines no deben ser retirados de la naturaleza, a menos que su
población haya sido evaluada a fondo. Acuerdan que el retiro de los individuos
pueden reducir la viabilidad a largo plazo de una población y poner en peligro
su rol en un ecosistema. Evaluaciones
exhaustivas incluirían "la delimitación de las fronteras de valores, la
abundancia, la capacidad de reproducción, la mortalidad y el estado
(tendencia)" (Reeves et al. 2003, p. 17) y no puede ser llevado a cabo sin
una inversión significativa de tiempo y financiamiento. Sin una voluntad de
invertir los recursos necesarios para hacer una evaluación de la población adecuada
y son muy pocos operadores los que han exhibido una captura responsable por lo cual se ha demostrado que no deberían apoyar el
establecimiento de delfinarios abastecidos por animales capturados en la
naturaleza o la importación de delfines lo cual podría llevar a tal acción de capturas
adicionales en el medio silvestre.
Impactos Ambientales
Corrales marinos y recintos con
enlaces directos con el mar se encuentran
en los hábitats de los arrecifes de coral representan un riesgo para los
arrecifes. Los delfines producen una gran cantidad de residuos - si el flujo de
las mareas es inadecuado en el lugar del recinto, éstos pueden acumularse alrededor
de los arrecifes, causando niveles anormales de crecimiento de las algas, que
sofoca y mata a los corales. La biodiversidad en estos arrecifes disminuye sustancialmente
- un estudio realizado por Goreau (2003) sugiere que este impacto negativo en
los arrecifes cerca de los corrales de delfines ya ha ocurrido en Cozumel,
México. Además, el detritus de la descomposición, los peces no consumidos (así
como la materia fecal y desperdicios de infraestructura turística asociada,
tales como inodoros) puede tener un impacto significativo en los ecosistemas
marinos cercanos.
Además, la extracción de
delfines del medio silvestre puede resultar en (actualmente) impactos
desconocidos pero potencialmente nocivos para el medio ambiente local, sobre
todo cuando se sabe tan poco sobre muchos ecosistemas marinos y las poblaciones
de delfines. Los mamíferos marinos, como depredadores de nivel superior, pueden
desempeñar un papel importante y beneficioso en el mantenimiento de la salud de
las poblaciones de peces (Kaschner y Pauly 2004).
Si la construcción de la
instalación propuesta en Punta Cana implicará el dragado y la eliminación
física de los corales y de sustrato, los impactos de estas actividades deben
ser evaluadas adecuadamente, hecho que al parecer aún no ha sucedido ya que la
licencia no cubría originalmente un delfinario. La ubicación para el delfinario
puede no tener flujo de la marea adecuada para mantener la distribución y
repuesta adecuada del agua. El dragado periódico de la instalación creada puede
ser necesario, lo que puede causar un estrés a los delfines, a la vez que
contribuye a un mayor deterioro del medio ambiente costero.
Peligros para los humanos en el nado-encuentros
con delfines
El delfinario Dolphin Discovery en
Punta Cana proporcionará (NCD) encuentros de nado con el delfín. Estos representan
un peligro para los humanos. Los delfines son portadoras de enfermedades que
pueden ser transmitidas a los seres humanos (y viceversa) (Geraci y Ridgway
1991; Mazet et al., 2004). Además, son animales salvajes y son impredecibles,
incluso cuando están entrenados. No es raro que las personas se lesionen al
nadar con delfines en cautiverio (NMFS 1990). Incluso los entrenadores con
amplia experiencia han resultado gravemente heridos por los delfines con los
que trabajan (Defran y Pryor 1980; Parsons 2012). La mayoría de los
participantes y los funcionarios del gobierno no son conscientes de las
lesiones que sufren las personas al
nadar con los delfines en cautiverio, ya que éstas no suelen ser reportadas.
Tales lesiones incluyen huesos rotos, lesiones internas, y heridas graves.
Además de las 18 lesiones documentados por el NMFS en un plazo de cinco años,
muchos más no fueron denunciadas durante este tiempo. En general, creemos que
este tipo de incidentes siguen sin denunciarse.
Bienestar y Sobrevivencia de
delfines
La falta de control ambiental en
los corrales marinos y recintos que tienen un vínculo directo con el mar a menudo
puede hacerlos inadecuados o poco adecuados para el mantenimiento de los
delfines. Por ejemplo, la temperatura del agua no se puede controlar en
corrales, lo que puede forzar a los delfines a permanecer en aguas poco
profundas con exposición excesiva al sol, resultando en temperaturas poco
naturales y algunas veces peligrosamente altas.
Como se señaló anteriormente,
respecto a los impactos sobre los arrecifes cercanos, la calidad del agua a
menudo no puede ser controlada de forma adecuada en los corrales, incluso
cuando se instalan bombas u otros dispositivos de movimiento de agua similares.
Los Delfines en cautiverio pueden ser obligados a permanecer en el agua estancada
poco profunda adyacente a la actividad humana, que puede contener concentraciones
considerablemente más altas de contaminantes marinos de los que se encontrarían
en su hábitat natural. Obviamente, esta exposición a la contaminación del mar
puede conducir a su enfermedad y muerte.
La exposición a sonidos fuertes
- en el aire y bajo el agua - puede estresar los delfines. La sensibilidad
auditiva de los delfines es bien conocida y numerosos estudios, muchos en
curso, están documentando los efectos dañinos que el ruido antropogénico puede
tener sobre ellos (véase, por ejemplo, Comisión de Mamíferos Marinos de 2007).
El sonido viaja muy bien a través del agua y (por ejemplo, aviones, música)
sonidos incluso en el aire pueden penetrar en la interfase aire-agua y ser
escuchados por los animales en cautiverio. Cuando los delfines no pueden
retirarse de prolongados sonidos fuertes, esto puede resultar en estrés fisiológico
y daño. (véase, por ejemplo, Wright et al., 2007).
Las instalaciones en zonas con
huracanes y tifones son un riesgo adicional. Una instalación con base en tierra
en el estado de Mississippi fue completamente destruida por el huracán Katrina
en 2005 y varios animales, entre ellos ocho delfines, fueron arrastrados hacia
el mar y heridos. Por lo que se muestra, que la seguridad de los delfines o
está asegurada con solo moverlos de una instalación de mar hacia tierra, un
plan de contingencia común para las instalaciones en corrales.
La captura y el transporte son
indiscutiblemente estresantes y peligrosos para los delfines. Indicadores
fisiológicos de estrés asociados a la captura y cautiverio incluyen aumento de
las hormonas del estrés (Thompson y Geraci 1986; St. Aubin y Geraci 1988; Curry
1999;. Schmitt et al 2010) y la función celular alterada (Noda et al., 2007).
Pequeñas y DeMaster (1995a) encontró que las tasas de mortalidad de los
delfines nariz de botella capturados se dispara hasta seis veces inmediatamente
después de la captura y no baja a niveles "normales" durante un
máximo de 35 a 45 días. Además, los delfines se enfrentan a este riesgo elevado
de mortalidad cada vez que son transportados, incluso después de largos
períodos de cautiverio; en fin, nunca se acostumbran a ser transportar, a pesar
de los métodos de transporte mejorados.
Hasta donde sabemos, no hay
estudios revisados todavía que demuestren que la vida media o máxima de
delfines es estadísticamente mayor en cautividad que en la naturaleza, a pesar
de las reclamaciones de las asociaciones profesionales de delfinarios. De
hecho, dos estudios (Pequeñas y DeMaster 1995b;. Woodley et al 1997)
determinaron que las tasas de supervivencia de los delfines mulares hasta
mediados de la década de 1990 se mantuvo persistentemente más bajos que en los
animales criados en libertad (aunque las diferencias no fueron estadísticamente
significativas). Aunque esto indica que la cría de delfín ha mejorado con los
años, no lo ha hecho en la medida en que los delfines viven más tiempo en
cautiverio. Esto es notable teniendo en cuenta que uno podría esperar que los
delfines cautivos vivan más tiempo (al igual que muchos las especies terrestres
de vida silvestre en los parques zoológicos) a causa de la atención
veterinaria, una fuente fiable y abundante de alimentos, y la protección de los
depredadores y la contaminación.
Como resultado de estos datos,
así como la preocupación pública, no ha habido una captura de delfines en aguas
de Estados Unidos para la exhibición pública desde 1993. Una moratoria
voluntaria ha estado en vigor desde 1989, para la captura de delfines nariz de
botella en el Golfo de México y a lo largo de la costa atlántica de Estados
Unidos. Los gobiernos de varios países ya han negado el permiso para capturar
delfines del medio silvestre para su exhibición pública. En la última década,
el secretario de Medio Ambiente de México declaró una moratoria en la captura
de delfines en el medio silvestre y el gobierno de Antigua revocó un permiso
que había emitido anteriormente por la captura de hasta 12 delfines cada año de
las aguas locales. A mediados de la década de 2000, Panamá optó por no emitir
un permiso para la captura, e sus aguas, de 80 delfines por cinco años. Una reciente
petición de instalaciones en Estados Unidos para importar ballenas beluga
silvestres capturados de Rusia se le negó en agosto de 2013, por el NMFS.
Valor Educativo
AWI y WDC no conocen ningún
estudio probado que documente que la
exposición y, o interacción con los delfines en cautiverio, aumenta el nivel de
conocimiento de la opinión pública o la preocupación acerca de los delfines y
el medio ambiente. La encuesta realizada por la industria de la exhibición
pública y publicado como un libro blanco fue criticado desfavorablemente por sus
métodos y resultados,(Marino et al. 2010). Una audiencia del Congreso de
EE.UU., celebrada en abril de 2010, sobre el tema de la educación a través de
las demostraciones públicas de mamíferos marinos discute muchas de las
preocupaciones que tenemos con este tipo de aprendizaje. "informal"
De hecho, no hay razón para creer que las atracciones con delfines en cautiverio
en realidad maleducan al público sobre la vida silvestre y el medio ambiente
marino. No sólo el público no aprende mucho, en todo caso, sobre la vida real
de los delfines, pero son llevados a creer que los trucos que ven son
comportamientos naturales de delfines, y que los delfines tienen valor sólo en
el contexto de su relación con los seres humanos .
Conclusión
Varios países, estados y
condados han prohibido la exhibición pública de las ballenas y delfines.
Carolina del Sur en los Estados Unidos lo hizo en 1992; El condado de Maui en
Hawai en 2002; Costa Rica y Chile, en 2005; Croacia y Hungría en 2009; y la
India en 2013. Suiza prohibió la importación de delfines en 2012, dejando el
delfinario restante para cerrar cuando sus últimos delfines murieran o fueron
exportados. Estas decisiones fueron en parte resultado de la información
recibida de los grupos de defensa como la nuestra. Teniendo en cuenta estas tendencias,
el negocio de exhibición de delfines parece cada vez más anacrónica en el siglo
21 y tal vez una mala apuesta como una inversión turística.
La exhibición pública de las
ballenas y los delfines está disminuyendo en popularidad en el mundo
desarrollado. Sería regresivo para la República Dominicana ampliar el número de
delfinarios en el País, cuando la popularidad de este tipo de exposición ya alcanzó
su punto máximo y comenzado un descenso global.
En lugar de ofrecer un atractivo
turístico obsoleta, redundante, y artificial de la fauna, la República
Dominicana debe seguir promoviendo su belleza natural. Un plan de turismo
verdaderamente progresista en la República Dominicana ofrecería opciones
amigables con el ambiente para los visitantes e invitados. Nuestras
organizaciones tienen experiencia en ecoturismo marino y estarían encantados de
discutir opciones que agregan y mejorar la reputación de la República
Dominicana como un destino natural rico y diverso con usted.
Esperamos que la información en
esta carta puede contribuir al reconocimiento de que la construcción de un
nuevo delfinario, incluso si es sólo muestra de animales criados en cautividad,
es regresiva, tanto ambiental como económicamente. AWI y WDC solicitan
respetuosamente su ministerio para revocar la licencia concedida para el nuevo delfinario en Punta Cana. Le instamos en su
lugar a considerar seriamente los esfuerzos turísticos alternativos que serían
verdaderamente responsables con el medio ambiente y más atractivos
económicamente.
Gracias por su consideración de
nuestros puntos de vista sobre este importante asunto y por favor, háganos
saber si le podemos proveer con más información.
Atentamente,
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